De la misma forma que el material coreográfico se realiza de una manera muy artesanal: buscando, probando, seleccionando, construyendo y afinando,… todo el material tecnológico que se utiliza en escena está diseñado y realizado de una manera artesanal, autodidacta y de igual modo en un proceso de búsqueda, prueba, selección, construcción, afinación… Todo un trabajo de investigación "artesanal" para alcanzar un objetivo común: la realización de una pieza de danza donde el movimiento, la música y la luz (y la tecnología que la produce) ofrezcan una experiencia sensorial única para el espectador.
Y aunque pueda parecer que sólo hay dos intérpretes en escena la realidad es que en la ejecución de la pieza intervienen algunos otros intérpretes que se encuentran detrás de la mesa técnica pero que son los que permiten que la pieza se desarrolle en el entorno visual y de sonido que Principios Opuestos requiere.
Román Torre en el apartado de la “iluminación digital”, con un programa creado por él en software libre y que permite el manejo de las barras Leds desde el ordenador, y Carles Rigual con la “iluminación analógica” que está planteada sin las habituales “memorias” de luz, sino que se ejecuta en directo manejando en tiempo real cada foco y cada efecto. Y sin olvidar en estas presentaciones en el Festival IDN a Ilia Mayer que lanza la música como si de una sesión de DJ se tratara, manipulando el sonido y generando efectos sonoros. Así que finalmente 5 personas en cada uno de sus apartados consiguen que la pieza sea como un ser vivo que va creciendo y realiza un viaje único en cada representación.
que yaga
ResponderEliminar0ola ja ja
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